miércoles, diciembre 06, 2006

El buen camino

La palabra chatah, del Antiguo testamento, que suele traducirse por “pecado”, en realidad significa “errar” (el camino); carece del sentido de condenación que tienen las palabras “pecado” y “pecador”. A la vez, la palabra hebrea equivalente a “arrepentimiento” es teschubah, que significa “regreso” (a Dios, a uno mismo, al buen camino), y carece también del sentido de autocondenación. Así, el Talmud emplea la expresión “maestro del regreso” (“el pecador arrepentido”) y dice de él que está aún por encima de los que no pecaron nunca.

Erich Fromm: “El corazón del Hombre”, FCE, México, 1966.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

entonces el pecado original quiere decir que ya desde el principio la estamos errando al venir a este mundo??? debe ser..., somos todos pifiadores, pasa que algunos la pifian por kilómetros de distancia !!!!

Ztachusma dijo...

El cuentito aquel admite distintas versiones. Cada cual prefiere una u otra, de acuerdo a su temperamento, idehales,conviccionhes, experihencia de vida, complexión y otro sinfin de caracteres.

Todos concuerdan en principio en que se trata de una gran estafa. Nos vendieron un boleto con destino truncado: en el reverso aparecen las palabras Felicidad, Eternidad, Completud.

En cambio, no existe acuerdo alguno sobre el autor de este engaño. La versión oficial adjudica el hecho a un animal silvador y rastrero. También la mujer que es otro bicho astuto, aunque infinitamente más encantador, parece estar implicada en el asunto.

Otras versiones apócrifas afirman con temeridad que fue el mismo Agricultor quien tenia previsto este dislate, para que en su jardín no faltasen distracciones.

Por cierto, habría que considerar si el hombre es tan tonto como parece, o habrá puesto de su parte para hacerse engañar.

De un tiempo hacia acá, algunos espíritus afanosos y con gran sentido de la justicia, argumentan que cada uno debe ganar por mérito propio el alcance y destino de su ticket. (algo así como un plan de crédito celestial en el cual acumulamos puntos)

Los orientales, más pacíficos y desprendidos, en cierta manera se salen de todo este asunto y dicen enigmáticamente: la Meta es el Camino. A propósito hay un hermoso cuento de J.L. Borges titulado "La rosa de Paracelso" que aboga por esta última versión. Si no me equivoco reaparece allí la cuestión de la cábala judía y de la alquimia.

Hasta pronto, Amigos.