sábado, junio 02, 2007

Razones para dar un paseo un día cualquiera

Salgo sin muchos pretextos, un poco porque sí. A cambio de nada, me veo recompensado por el sol de otoño (Ojalá que el nuevo Jefe de gobierno lo mantenga). Salgo de mi casa y a la vuelta de la esquina un flaco, que se me parece, pasa cantando: "solo se trata de vivir, esa es la historia..." ¡Qué bárbaro! Más lejos una pareja regordeta se da un beso y estrena gorritos bolivianos, de lana, coloridos y con orejeras. Más lejos aún, un linyera convida de su medialuna a su perro, pero su perro no la quiere. Y más lejos, me siento a escribir este confite, aprovechando el sol electoral. Todavía hay lugar para algunas cosas en esta ciudad. Lo más interesante siempre sucede un poco al margen, andando por ahí...

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