sábado, abril 28, 2007

El arte nos salva de la verdad

Hay una tierra de nadie, connatural en la infancia, entre lo subjetivo y lo que es percibido objetivamente; Al principio al bebé no se le demanda que decida, puede posibilitársele que pretenda, ante algo que es fronterizo, que es al mismo tiempo creado por él y percibido o aceptado desde el mundo,ese mundo que existía antes de que el bebé fuera concebido. Si en una edad posterior alguien pretende condescendencia en este aspecto, se dice que está loco. En la religión y en el arte vemos sociabilizada esa pretensión, de modo tal que al individuo no se lo tilda de loco y puede disfrutar, en el ejercicio de la religión o en la práctica o apreciación del arte, todo lo que resta de la necesidad que tienen los seres humanos de discriminar, en forma absoluta e infalible, entre el hecho y la fantasía.

Donald Winnicott, "El valor de la ilusión y los estados transicionales".
Video: Talking Heads, "Road to Nowhere".

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